Distintos tipos de parto
Dar a luz es un acto natural. ¡No obstante, muchos partos que conozco no han ido como estaba previsto! Un hijo que no viene de cabeza, una pelvis demasiado estrecha… y toca una cesárea. ¿Qué puedo esperar?
Parto y cesárea
Durante los cursos de preparación para el parto, se explican los distintos tipos de parto. ¡Así te prepararán para cualquier eventualidad! Tanto "por vía vaginal" como "por cesárea", estén tranquilos: todo saldrá bien.
Parto por vía vaginal
En dos de cada tres casos, el niño viene "de cabeza", es decir, con la cabeza hacia abajo, bien colocado. En ese caso, el proceso del parto sigue las grandes etapas descritas: ruptura de fuente, contracciones, dilatación del cuello, expulsión… Si no viene de cabeza, el médico puede prever un parto por vía vaginal, si considera que no implica ningún riesgo, o una cesárea.
Se puede provocar el parto en determinados casos: si está en peligro la salud de la madre y/o el niño, el parto se prolonga demasiado, se ha superado el plazo… o simplemente la madre y/o el equipo médico desean que el parto se produzca en una fecha precisa, por motivos de conveniencia. En esta situación, se inyecta un medicamento a la mujer que provoca o intensifica las contracciones.
Parto por cesárea
Es otro tipo de parto provocado. La cesárea puede programarse por diversas causas: no viene de cabeza, sobrepeso del niño, pelvis de la madre demasiado estrecha, problemas de salud para la madre (hipertensión, diabetes), sufrimiento fetal… Se puede decidir practicar una cesárea en el transcurso de un parto inicialmente previsto por vía natural, si el niño no se encaja, el cuello no se dilata, hay sufrimiento fetal…
Al tratarse de una intervención quirúrgica, la cesárea se practica obligatoriamente en un quirófano. Consiste en hacer una incisión en el abdomen y en el útero para extraer al niño (en cuestión de solo diez minutos). Se realiza con anestesia epidural o, en los casos extremos, anestesia general. No siempre está permitida la presencia del padre en una cesárea.
En los países occidentales, la práctica de cesáreas ha aumentado en gran medida en los últimos años. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud recomienda que no excedan del 15 % de los partos: su impacto sería más negativo que positivo si se tienen en cuenta los riesgos de la operación.
En efecto, aún cuando el alumbramiento es menos doloroso para la madre, los riesgos derivados de un parto por cesárea son más elevados (complicaciones infecciosas, flebitis, embolia pulmonar…). Sin contar la fatiga y los dolores abdominales posparto.
Casos particulares
Si esperas gemelos, el proceso del parto se inicia un poco antes, entre las semanas 37 y 38 de gestación. Según la posición de los niño, el equipo médico optará por un parto por vía vaginal o una cesárea. Esta última se practica aproximadamente en la mitad de los casos con objeto de evitar cualquier complicación.
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