Manipulación por parte del niño a la hora de la alimentación
Si bien, estas conductas pueden ser un reto, se pueden revertir o inclusive evitar desde el inicio. Algunos métodos que pueden contribuir a ello se describen a continuación:
• Desde la infancia, los alimentos deben ser concebidos como una fuente de salud, en lugar de estar clasificados como premios, castigos, “buenos”, “malos” o desagradables.
• Evitar la preparación de alimentos distintos para el niño, que para el resto de la familia, ya que esto podría promover niños melindrosos y comportamientos manipuladores. Debe educarse a consumir una variedad de preparaciones, siempre promoviendo los alimentos de alto valor nutricional (frutas, vegetales, carnes magras, cereales integrales, leguminosas, entre otros).
• Predicar con el ejemplo, es decir, para asegurar que el niño cree una buena relación con su alimentación, este debe vivirlo en primera instancia con sus padres y hermanos.
• Si ya existe un problema de manipulación, debe buscarse ayuda de un profesional, para evitar que las experiencias en los tiempos de comida se conviertan en una fuente de estrés o enojo.
• Si se detectan algunos indicios de manipulación aprendidos fuera del hogar (guarderías, centros educativos, primos, televisión), es importante evitar retar al niño o los regaños; en su lugar, es adecuado explicar porque no es aceptable, utilizando palabras y ejemplos sencillos.
• Si a la hora de comer, el niño crea distracciones o muestra actitudes desafiantes para obtener algún resultado deseado (mayor tiempo de juego, recompensas, etc.), se incita a los padres a: establecer un horario específico para cada comida, evitar mostrar preocupación excesiva y minimizar la situación, siempre aprovechando para corregir al niño con explicaciones sencillas.
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