Desarrollo del niño
La cabeza de tu niño ahora mide aproximadamente el tamaño de una pequeña naranja y pesa alrededor de 1,000 g. Su cuerpo se está volviendo más regordete gracias a la grasa que se acumula gradualmente bajo su piel para darle algunas reservas al nacer. Su pelo y sus uñas están en camino y bajo sus encías, sus futuros dientes de leche de marfil están casi cubiertos de esmalte. Es más, realmente está empezando a reaccionar a los sonidos fuertes.
Tu cuerpo
Ah, la noche. Finalmente estás a punto de irte a dormir. Pero no tu niño, que parece querer moverse más por la noche. A medida que tu pancita se hace más grande, es más difícil encontrar una posición agradable para dormir. Es probable que ya no puedas dormir de frente. La posición más conveniente para acostarse durante las próximas semanas puede ser de lado. Pon un cojín entre tus rodillas para que sea un poco más cómodo e intenta relajarte y dormir.
Nutrición
Si sufres de reflujo y acidez estomacal por la noche, intenta elevar un poco la cabeza añadiendo una almohada. También trata de que tu cena sea ligera. Presta atención a las grasas, que pueden ralentizar la digestión y acentuar tus problemas digestivos, lo que provoca alteraciones del sueño. Si una cena demasiado ligera te provoca antojos nocturnos, considera la posibilidad de añadir un refrigerio una hora antes de acostarte. ¿Alguien quiere comer un refrigerio en cama? No dudes en llevarlo a la cama en una bandeja si te sientes realmente agotada por la noche.
Consejos
Aunque últimamente notes que tu pancita de niño se siente más apretada, también se está poniendo un poco apretada para el niño dentro de tu vientre. Las felices volteretas de tu hijo en un gran baño de líquido amniótico pronto terminarán. Sin embargo, si te preocupa la reducción de movimientos de tu niño, consulta con tu médico inmediatamente para confirmar que todo está bien.
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